martes, 12 de marzo de 2013

Resolución de conflictos: relación escuela-familiares


A continuación expongo un problema, y la posible solución que le podría dar. ¿Vosotros/as lo solucionaríais así, o de otra forma? ¿Crees que es la mejor opción, o podría haber otras diferentes?:

La profesora quiere comunicarse con los padres para decirles que el niño tiene un retraso madurativo, y no cogen el teléfono ni quieren hablar con el profesor.

El problema es que existe una falta de comunicación entre los padres y la maestra, ya que se les quiere comunicar un aspecto importante sobre la evolución de su hijo, referido a que tiene afectadas varias áreas de su desarrollo: la psicomotricidad, el lenguaje, el desarrollo cognitivo o la interacción social (en definitiva, un retraso madurativo).


Esto va a ser importante tratarlo para que el niño adquiera todas las competencias necesarias y para que tenga un desarrollo lo más normalizado posible. Para ello, no solo se le debe de tratar en la escuela, sino que los padres deben colaborar y ayudar en la tarea de mejorar su crecimiento y evolución en casa, donde deberá de hacer ejercicios determinados.

Uno de los pasos es comunicarles el problema a los padres, pero si estos no cooperan, hay que pensar soluciones óptimas para remediar el dilema creado. Si se les llama por teléfono y no lo cogen, habrá que intentar llamarles a diferentes horas para ver si acaban cogiendo el teléfono. Si esta opción no es posible, cuando algún familiar (en caso de que no sean los padres) vaya a recoger al niño a la escuela, se le puede comentar el problema que hay, o intentar concertar una reunión o cita para que la comunicación sea efectiva y los familiares sepan lo que le pasa a su hijo.

Si realmente unos padres se preocupan por su hijo, atenderán a razones para mejorar la situación.

Si a pesar de eso, los padres siguen sin colaborar y sin poner intenciones para contribuir en la mejora de su hijo, habrá que tomar otra serie de medidas como por ejemplo comentárselo a otros profesores, a psicopedagogos del centro donde esté escolarizado el niño, etc. Ante todo, no dejar el problema en el aire y buscar las soluciones posibles lo antes posibles, para que el niño pueda mejorar lo antes posible y comience a hacer actividades, ejercicios, rehabilitación, visitas al logopeda, etc.

En conclusión, la familia debe tener una actitud activa y participativa en la medida en que lo requieran los maestros y los niños/as. Esto significa trabajar conjuntamente en la orientación y desarrollo de la persona teniendo un proyecto común de educación.

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