Después de
leer el libro “PNL para docentes. Mejora
tu autoconocimiento y tus relaciones”, de Albert Serrat (Editorial Graó), y otros documentos sobre el tema, entre otras cosas, hago la siguiente reflexión:
La PNL
mejora nuestro autoconocimiento como futuros docentes, aunque tampoco es la única
manera (ya que hay gente que utiliza otras metodologías u herramientas y les
son útiles también), pero si una forma eficaz de conseguirlo.
La PNL hace
suya las cosas que funcionan de otras ciencias. A mucha gente, como por ejemplo
docentes, les ha sido beneficioso para entender cómo sus alumnos se relacionan
entre sí, con el material a aprender, con el docente, con sus propios objetivos
o la falta de ellos, etc., y también para descubrir cómo se relacionan consigo
mismos y con otras personas…entre ellas, sus alumnos.
El hecho de tomar en cuenta los diferentes canales sensoriales, por ejemplo, para presentar el material, para adaptar el ritmo de la clase, para ayudar a los alumnos a expandir su percepción y facilitar la adquisición y desarrollo del conocimiento ya es un enorme paso.
El mirar a los alumnos desde la perspectiva de que todos somos diferentes y únicos, y de respetar la gran variedad de estilos convierte el proceso de enseñanza-aprendizaje en artesanal más que en objeto de producción en masa (hecho contrario por ejemplo a lo que ocurría en la película de Charles Chaplin de “Tiempos modernos”, por cierto, recomendable por su trasfondo e historia).
La PNL nos da herramientas tanto a alumnos como docentes para descubrir nuestros propios recursos, utilizarlos y expandirlos. Trabajar sobre nuestras limitaciones y desafiarlas. Conseguir lo que queremos en forma activa y ver posibilidades donde antes se percibían bloqueos.
La creencia de que todos podemos aprender, aunque lo hacemos de maneras diferentes, desafía muchas otras creencias anteriores que cerraban puertas y les robaban posibilidades a quienes no se adaptaban a la forma tradicional de hacer las cosas. No se trata de ser de avanzada o no, de usar técnicas globales o no, de estar a la moda con la manera de plantear un curso o no. Se trata de valorizar y respetar la manera en que cada alumno aprende. Con lo cual, se le da gran importancia a la individualidad, a las características de cada uno.
Tanto las creencias de los docentes como las propias creencias de los alumnos acerca de cómo se debe aprender hacen que ellos estén o no estén abiertos a determinado tipo de trabajo, y el docente tenga que observar y escuchar cuidadosamente, y darles el tiempo para que ellos descubran que quizás, hay otra manera un poco o mucho más efectiva para hacer las cosas. La mejor opción es la que funciona. La que le sirve a cada persona para hacer mejor uso de sus recursos internos.
Tal vez nuestro rol como docentes sea simplemente mostrar, guiar, informar. Decirles a nuestros alumnos que tienen todo esto al alcance de sus manos. Y en lugar de imponer o convencer, mostrarles a través de nuestro propio ejemplo de qué manera pueden hacer las cosas eficientemente.
¿Lo escondemos y seguimos culpando a otros?
¿Lo miramos?
¿Lo escuchamos?
¿Lo enfrentamos?
¿Lo evaluamos?
¿Tenemos paciencia?
¿Lo juzgamos?
¿Lo criticamos?
¿Lo justificamos?
¿Nos auto culpamos?
¿Nos sentimos impotentes?
La propuesta y objetivo de la PNL, de la práctica de
la meditación y de otras disciplinas es SER CONSCIENTES. Tanto en nuestras
vidas como en nuestras prácticas profesionales. Aprender que no hay una sola
manera de hacer las cosas ni de percibirlas. Que cada ser humano y cada
encuentro con otra persona son únicos. Que cada uno es responsable de escribir
y darle forma a su propia historia. Y aprendizaje no es solo estudiar una serie
de datos, por ejemplo, sino es ver qué hago con esos datos que aprendo.
Me acuerdo que cuando estaba en el instituto (y no
solo yo, sino que mis compañeros/as también lo decían muchas veces), nos preguntábamos
muchas veces para qué nos servirían la gran mayoría de las cosas que estudiábamos
y por las cuales nos ponían una nota. Muy pocas veces me han contestando a esa
pregunta, y si he sabido la respuesta es por mi misma. En el caso de muchos
profesores no saben tampoco contestarla, pero sienten que lo tienen que
enseñar, o dicen que es “cultura general”.
El problema aquí es que a los
alumnos les falta motivación para tener dicha cultura, ya que a la inversa, si
los alumnos/as le preguntasen al profesor cuál es su grupo nuevo de música, lo más
seguro es que no lo sepa, lo cual también podría considerarse cultura general.
Entonces me pregunto:
¿Quién decide cual información es más valida?
¿Cuál representa más para los alumnos/as?
A pesar de todo esto, según mi opinión, la enseñanza
del conocimiento-información no tiene que ser abandonada, sino complementada
con lo comento.
¿Qué clase de alumnos queremos que sean nuestros
futuros niños/as de la escuela?
Para que esto suceda:
Los profesores, además del conocimiento académico, necesitamos
mucho trabajo interno.
Saber dar espacio a los demás.
Entender que hay muchas cosas que todavía no sabemos.
Estar abiertos al cambio.
Animarnos.
Soltar lo que ya no sirve ni funciona.
Trabajar con otros, nunca en contra de otros.
Leer mucho, y también hacer mucho.
No tomar nada por sabido. Nada de lo que presuponemos es obvio para el otro,
todo es conversable. Todo puede ser interpretado y significado de múltiples
maneras.
Dentro de lo posible, que nuestra vida personal crezca y se desarrolle tanto
como nuestra vida personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario